Enrique Acuña y Camila Acuña,
trabajando con el corazón por los droguistas colombianos
EDITORIAL
Enrique Acuña
Fundador Droxi Colombia

Hace 17 años comenzó este sueño ¿Qué recuerdo atesora de aquel primer día en que decidió fundar esta red de droguerías?
Fue algo grande. Primero, el sueño de imaginarse con droguerías por todo el país, donde nos unimos a droguistas: unos naciendo, otros ya con su negocio más maduro, otros grandes… y poder ser parte del siguiente desarrollo, de las siguientes etapas para ellos. Me emocionaron mucho los cuatro primeros avisos que se colocaron en la calle y los droguistas que nos acompañaron a iniciar este sueño.
Si pudiera describir en una palabra estos 17 años de trayectoria, ¿cuál sería y por qué?
Orgullo, por lo que se está haciendo.
¿Qué ha sido lo más desafiante y lo más significativo de liderar este proyecto durante tanto tiempo?
Tener la capacidad de sentir lo que realmente siente el droguista, para poder desarrollar proyectos más acordes con las verdaderas realidades de cada uno de ellos.
Cuéntenos alguna anécdota o un momento inolvidable que haya marcado el camino en estos 17 años y que lleve en su corazón.
Son miles los momentos que guardo en el corazón. A lo largo de estos años he visitado innumerables droguerías, pero hay una que permanece especialmente viva en mi memoria: una pequeña y sencilla droguería ubicada en la carretera a Tunja.
El dueño, un señor amable, atendía en un local bastante deteriorado. Tiempo después, al pasar nuevamente por el lugar, lo encontré construyendo con sus propias manos un nuevo espacio, más digno y acogedor. Me bajé del vehículo sin pensarlo, lo abracé y nos unimos a su esfuerzo. Hoy, esa droguería representa uno de los mayores orgullos de mi recorrido.
¿Quién o quiénes han sido su mayor inspiración para nunca rendirse en este negocio?
Sí, hay una persona muy valiosa: mi padre, que en paz descanse. No descansaba. “Siempre hay algo más que hacer”, me decía. Hay que mirar hacia adelante.
¿Qué piensa que su padre diría de este gran proyecto en este momento?
Lo sé, porque me lo dijo: “estoy muy orgulloso de lo que has logrado, ya estás caminando solo”.
En estos 17 años, ¿qué valores considera que han sido el corazón de esta cadena de droguerías?
De parte nuestra: humildad, y la fuerza de inspirar solidaridad para que, unidos, podamos construir algo muy grande. ¡Lo que estamos logrando!
¿Cómo definiría la relación que tiene hoy con los droguistas independientes afiliados a la red?
Sé que inspiro en ellos ilusión y me siento muy contento de que la gente crea en uno.
¿Qué le gustaría que sintiera un droxista al ponerse la bata de esta red de droguerías?
Que sienta que está haciendo parte de un equipo triunfador, parte de una de las compañías más grandes de Colombia. ¡Para allá vamos!
¿Qué mensaje le daría a estos tres mil droguistas que han creído en Droxi y que han estado con usted desde el inicio?
La frase siempre ha sido la misma, tanto para mis hijos como para mis colaboradores, y también para ellos: “¿Quién dijo que la vida era fácil?”. Si ha sido difícil hasta ahora, seguirá siéndolo. Pero no pierdan la esperanza, porque los grandes logros se obtienen cuando uno es capaz de vencer las dificultades. ¡Nunca nadie, en escenarios de mucha facilidad, ha podido construir cosas grandes!
¿Cuáles son las principales diferencias que existen entre Droxi y las demás redes de droguerías?
Droxi no es solo una red de droguerías; es una comunidad que cree en los sueños compartidos.
Aquí, cada emprendedor encuentra esperanza y la oportunidad de construir algo propio.
Se sienten acompañados, respaldados y motivados a dejar huella.
Sabemos que el camino no siempre es fácil, pero no están solos.
Muchos se lanzan a cruzar el río, aunque no todos lo logran.
En Droxi, ese reto se convierte en compromiso y apoyo constante.
Porque creemos que los sueños se alcanzan mejor cuando se caminan juntos.
¿Cómo ve el futuro de Droxi dentro de 5 a 10 años?
Yo lo visualizo estando ya en 550 municipios. El sueño es estar en todos y cada uno de los municipios del país, llegando especialmente a los estratos de población más necesitados: estratos 1, 2 y 3. También estamos en otros estratos, pero el núcleo del negocio va a ser llegar a ese pueblo colombiano que necesita no solo droguerías serias y éticas, sino droguerías que acompañen en el bienestar de las comunidades.
Si hoy un droguista independiente lo estuviera viendo y leyendo este contenido, y tuviera dudas sobre si afiliarse o no a Droxi, ¿qué le diría usted de corazón para que siguiera el camino del droxista?
Pues, después de contarle lo que estamos haciendo y de qué se trata, hay una frase que lo resume todo: “Éxito tienen las personas que están preparadas para saber cuándo pasa el bus del triunfo”. Ya la decisión es de cada quien.
¿Qué piensa que es el papel que juega el cliente final, el consumidor, en la visión que tiene para la gente?
¡El rey! Ellos necesitan resolver sus temas de salud en escenarios de mucha confianza. Qué bueno que la droguería pueda lograr lo que antaño se lograba: que el droguista fuera una persona muy importante dentro de la comunidad. Muchos de ellos son padrinos de los hijos de sus clientes; otros se vuelven consejeros. En fin, hay mucha actividad de acompañamiento que nutre y ameniza esa relación.
Somos seres sociales. El modernismo nos ha ido aislando, pero el ser humano sigue necesitando esa parte de fraternidad, de tener seres conocidos, seres que lo reconozcan y con quienes poder conversar. Esperamos que las Droxis sean uno de los elementos de acompañamiento en las comunidades.
¿Qué cree que necesita un droguista independiente hoy en día para prosperar, para poder pasar ese río, como dice usted, y cómo Droxi puede ayudarlo en este objetivo?
Hoy en día, dado que el negocio se ha ido profesionalizando mucho y la normatividad exige cada vez más, es fundamental prepararse. Esto no es simplemente montar unas estanterías y comprar productos.
El conocimiento de marca, la recomendación, la parte humana de la relación… todo eso es clave. Hoy, la gente valora mucho estar en un lugar donde es reconocida como persona, donde encuentra cercanía.
Otro aspecto fundamental es el capital. Muchos arrancan y les falta “los cinco centavos para el peso”, como decía mi padre. Aspiramos también a poder acompañar a los droguistas desde el principio, para que tengan la fuerza necesaria y puedan cruzar el río sin mirar atrás.
¿Qué mensaje quisiera dejar usted a todos esos droxistas que hoy hacen parte de nuestra cadena y han creído en el sueño de Droxi?
Lo que más me ha servido, y que sé que algunos ya han comprobado, es la importancia de soñar. Cuando uno entra al mundo empresarial, saber hacia dónde va y qué quiere lograr se vuelve fundamental.
Muchas personas andan por la vida haciendo tareas, pero no tienen claro a dónde quieren llegar. Si uno se traza metas a largo plazo, seguro las logra.
Hay un dicho que dice:
“¡Si no sabes para dónde vas, nunca llegarás!”.
Entonces sueñen con lo que les gusta y comiencen a dibujar ese sueño en su cabeza. Después viene el ejercicio de la milla extra. Puede que hoy no estén haciendo lo que más les gusta, pero en cualquier actividad, enfóquense en hacerlo bien.
Así desarrollarán la fuerza necesaria para, cuando estén en lo que sí les apasiona, hacerlo con más fortaleza.
"¡Esto no es de rutinas, es de cumplir un sueño!"